Crítica secretario de Turismo procesos aduanales del Aeropuerto en Tepic
A pesar de que el Aeropuerto Internacional de Tepic mantiene una operatividad sumamente baja, con apenas un promedio de seis operaciones diarias que difícilmente podrían saturar sus instalaciones, el Secretario de Turismo de Nayarit, Juan Enrique Suárez del Real Tostado, lanzó una dura crítica contra la organización de la terminal y su área de aduanas.
El funcionario fue enfático al señalar que la falta de protocolos adecuados pone en riesgo la permanencia de las empresas aéreas, advirtiendo que “si no damos un buen servicio, las aerolíneas no se quedan, las empresas no se quedan”. Esta postura resulta inusual para un recinto que no enfrenta retos de alta densidad de pasajeros como otros hubs nacionales, sugiriendo que el problema es de gestión administrativa y no de capacidad física.
Suárez del Real Tostado mostró su descontento tras incidentes donde los pasajeros fueron retirados de las salas de espera ante retrasos de vuelos, calificando estas acciones como una falta de conciencia hacia el usuario y una desconexión total con la hospitalidad que el estado pretende proyectar. “Debemos de concientizar a los actores que hoy están en el aeropuerto; aquí vamos a velar por el interés de que los nayaritas y que los turistas se vayan contentos”, declaró el secretario.
Subrayó que la aduana y migración deben ser facilitadores y no obstáculos, pues de lo contrario se desmotiva el uso de la terminal capitalina en un momento en que se busca posicionarla como una alternativa internacional.
El secretario dirigió sus críticas directamente hacia el Grupo Aeroportuario Turístico Mexicano (GATM), señalando una preocupante falta de criterio en los procesos de inspección que entorpece la experiencia del viajero. El funcionario denunció que, bajo la administración actual, las aduanas “revisan a todos” de forma indiscriminada, una medida que considera excesiva y carente de una estrategia de inteligencia que agilice el flujo de personas.
Según Suárez del Real Tostado, esta revisión exhaustiva a cada pasajero es innecesaria y proyecta una imagen de ineficiencia que recae directamente en la responsabilidad del grupo aeroportuario encargado de la operación.
Resulta contrastante que el secretario enfoque su discurso en una supuesta crisis logística cuando la realidad estadística del aeropuerto muestra un flujo controlado y sin congestiones de tráfico aéreo.
No obstante, el titular de turismo insistió en que “no vamos a permitir que situaciones que desmotivan el uso de esta terminal vuelvan a suceder”, por lo cual confirmó una reunión urgente con la gerencia para establecer lineamientos que eviten el mal trato a los viajeros.
La exigencia de un servicio de clase mundial para un aeropuerto con tan escasa actividad diaria plantea la duda de si estas fallas son un síntoma de una burocracia interna que ha superado la operatividad real del inmueble.
