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Siguen sin ABRIRSE nuevos acceso a la playa en Bahía de Banderas

La realidad de los accesos públicos al mar en Bahía de Banderas exhibe un contraste brutal con su vasta riqueza natural. A pesar de contar con aproximadamente 130 playas a lo largo de su litoral, el municipio opera con menos de 30 accesos habilitados para el disfrute de sus ciudadanos y visitantes.

Este alarmante déficit no solo incumple el mandato constitucional de libre acceso, sino que subraya la inacción del Gobierno Municipal frente a la privatización de las costas, un problema que el alcalde Héctor Santana se comprometió a resolver sin éxito.

El análisis de la infraestructura de acceso revela una concentración precaria y una marcada exclusión en las zonas de mayor desarrollo turístico:

Bucerías, un paliativo insuficiente: la mayoría de los pocos accesos existentes se concentran en Bucerías, donde se limitan a ser simples bocacalles (callejones) que ofrecen una salida estrecha al mar, sin contar con la infraestructura ni la dignidad que un acceso público requiere.

Fortalezas turísticas con vallas: En zonas de alta plusvalía, la situación es crítica. Nuevo Vallarta, uno de los principales corredores turísticos de la Riviera Nayarit, cuenta con apenas tres accesos al mar para el público general, muy separados entre sí y marginados por los hoteles.

El caso de Punta de Mita: La exclusividad es casi total en el área de Punta de Mita, conocida por sus desarrollos de lujo, donde solo existe un único acceso público que, además, se encuentra ubicado a kilómetros de toda su extensión costera, en el poblado Coral del Risco, haciendo prácticamente imposible su uso para la mayoría de la población.

Sayulita ofrece sus acceso también al naturalmente concluir cada calle del pueblo, pero también carecen de infraestructura adecuada.

Además, todas esas playas bellas entre La Cruz de Huanacaxtle y Punta de Mita, tienen al día de hoy sus accesos impedidos por vallas, obstáculos naturales o desarrollos, con ha muy pocas y peligrosas opciones de acceso.

La dramática escasez de accesos se agrava por el incumplimiento de las autoridades. El alcalde Héctor Santana se había comprometido públicamente a abrir y regularizar nuevos accesos a la zona federal marítimo terrestre (ZOFEMAT), pero ha fallado a su palabra, dejando el problema en el mismo estado de abandono.

Esta inacción municipal coincide con la proliferación de obras irregulares en la zona de playa. Diversos desarrollos y particulares han avanzado con construcciones invasivas que ocupan ilegalmente el espacio federal, obstaculizando de forma definitiva cualquier posibilidad de habilitar nuevos puntos de entrada al mar.

La falta de vigilancia y sanción por parte de la administración local ha permitido que esta privatización de facto continúe, limitando el derecho de los ciudadanos a uno de los mayores atractivos naturales de la Bahía.