Porqué el Aeropuerto de Tepic está destinado a fracasad
En un evidente alarde de ambición política, los gobiernos de Nayarit y federal han apostado millones de pesos en la modernización del Aeropuerto Internacional de Tepic, una obra que, a pesar del discurso triunfalista, aún ni siquiera se ha terminado tras 3 años de presumible progreso.
La monumental inversión, anunciada por 4,100 millones de pesos, se promueve como la llave para la creación en Tepic de un nuevo polo de desarrollo turístico, pero la cruda realidad del mercado aéreo y la implacable competencia regional sugieren que el proyecto es un espejismo, destinado a operar a la sombra de los gigantes del occidente del país.
Pues mientras la clase política se regodea en un discurso de autonomía y centralismo para el estado, la lógica de los negocios y la geografía demuestran que la costa, el motor turístico de Nayarit, seguirá viendo a Tepic como un destino distante y ajeno, por no tener el atractivo más importante de la industria aérea: rentabilidad.
Y el primer indicio dedestino frustrado que tendrá Tepic, se halla tan solo al mirar hacia el sur del país. El Aeropuerto de Tulum, inaugurdado como un gran proyecto estandarte de la Cuarta Transformación, y pese a su cercanía con Cancún y el indiscutible atractivo turístico que su marca-nombre representa, ha visto cómo grandes aerolíneas como Delta, United y Avianca, cancelan sus rutas recien inauguradoas hace apenas meses, por falta de uso.
A pesar de 11 mil millones de pesos invertidos en su construcción y tener una estación del otrora proyecto que no despega, el Tren Maya, el Aeropuerto de Tulum ahora lucha con una crisis de rentabilidad, y la autoridades a su cargo vislumbran como subsidiarlo o dar incentivos a las aerolíneas para que sea utilizado. Esto, porque los turistas siguen prefiriendo volar al cercano Cancún.
Dicha situación es un eco lejano que resuena con una clara advertencia: si una terminal con una posición tan privilegiada no puede sostenerse, es ilusorio pensar que Tepic, a más de hora y media de Bahía de Banderas y con una infraestructura turística muy limitada, pueda tener éxito.
La prueba está en que, a pesar de los vuelos “de prueba” anunciados por aerolíneas como Volaris, Viva Aerobus, United Express y Westjet, los precios y el reducido número de destinos lo hacen poco atractivo para el viajero. Son rutas que, además, por mas aue hoy se anuncien y presuman, de no tenewr una demanda constante, tienen fecha de caducidad.
Un aeropuerto local con apenas una decena de rutas queriendo promoverse como nueva alternativa de entrada a un destino turístico que ya tiene a un aeropuerto posicionado con cientos de vuelos. Suena muy desfasado.
No sorprende, considerando que el gobierno ni siquiera se ha molestado en arrancar los vuelos a las Islas Marías que tambiénhabbia anunciado, otra de sus grandes promesas de conectividad que se desvaneció en el aire.
Y esa es la realidad: que el proyecto de Tepic tiene que contender con los verdaderos colosos del aire en la región. El Aeropuerto Internacional de Puerto Vallarta y el de Guadalajara, ambos en plena ampliación, seguirán siendo la primera opción para cualquier viajero que quiera visitar la costa de Nayarit o el interior del estado. Su infraestructura consolidada y sus tarifas competitivas, sumadas a una demanda inagotable, los convierten en rivales imbatibles. El argumento de la nueva autopista hacia Tepic es un pretexto insustancial, ya que ambas terminales existentes ya ofrecen rutas directas y eficientes a los destinos más populares.
Al final, este proyecto es un costoso capricho estatal que sirve al ego político del gobernador Navarro Quintero. Con un discurso separatista que busca alejar a la capital nayarita del pujante motor económico de la costa, pero que la realidad condena.
Tal como como se ha documentado con el caso del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), un complejo que, para 2024, acumuló pérdidas por 1,568 millones de pesos, y que a pesar de buscar ser el hub titular de la capital del país, no ha obtenido la preferencia de las aerolíneas nacionales e internacionales, y solo ha podido salir adelante con subsidios, el decreto del gobierno federal para obligar a trasladar ahí las operaciones de carga, y una promoción gubernamental intensa que aun así no ha podido impulsarlo.
Tepic no tendrá tanta ayuda. La única forma de que la terminal nayarita sobreviva será a través de un subsidio permanente y enorme, que probablemente no obtenga tan fácil. En el gran tablero de Nayarit, el gobierno invierte en un aeropuerto que no parece tener un flujo real, más allá de la ambición política, mientras las aerolíneas ven a Vallarta como la puerta inmediata de acceso. La costa, con su dinamismo y crecimiento, seguirá emancipada de la capital nayarita.
El proyecto del Aeropuerto ampliado tiene todo el sello de la 4T: terquedad, ego político, publicidad oficial, números rojos y asientos vacíos.