Comunidad

POLÉMICA propuesta del alcalde por construir complejo en laguna del Quelele

La reciente conferencia de rendición de cuentas del alcalde Héctor Santana en Bahía de Banderas ha encendido las alarmas entre la comunidad biológica y ambientalista, luego de que el edil anunciara, con notable ligereza y sin presentar detalles formales, su intención de proponer la construcción de un centro de convenciones y eventos acompañado de un parque en el perímetro de la Laguna de El Quelele.

Esta declaración ha caído como un balde de agua fría, especialmente entre ambientalistas y biólogos, pues choca frontalmente con una iniciativa que se discutía apenas en julio dentro del Cabildo: la urgencia de buscar la declaratoria de Área Natural Protegida (ANP) para este ecosistema, ya de por sí acorralado y en precario estado de conservación.

La contradicción de proponer una obra de infraestructura de alto impacto, como un centro de convenciones, en un sitio que se busca proteger legalmente como santuario natural, revela una peligrosa dualidad en la visión del desarrollo municipal.

La preocupación por la conservación de El Quelele está más que justificada. Este humedal, del cual hoy solo persisten unas 100 hectáreas, funciona como un reservorio de biodiversidad insustituible y es una pieza clave en el vital Corredor de Aves Acuáticas del Pacífico. En sus manglares —dominados por el mangle rojo, blanco y negro— y sus aguas, encuentra refugio una vasta riqueza faunística: desde el cocodrilo (Crocodylus acutus) y la iguana, hasta una diversidad de casi 120 especies de aves, entre residentes y migratorias, como garzas, patos y playeros.

Los biólogos advierten que la zona ya se encuentra en un punto crítico, atrapada por la mancha urbana descontrolada de hoteles y desarrollos inmobiliarios que sistemáticamente le han arrebatado manglares y, peor aún, han impactado su salud al verter aguas residuales sin tratar a través de arroyos como El Tondoroque.

Es por ello que la prioridad, claman los expertos, debe ser proteger y delimitar el cuerpo de agua con una declaratoria que ponga un freno legal y real a la invasión.

Un centro de convenciones no haría sino agravar la presión sobre la laguna, aumentando el flujo vehicular, la generación de residuos y la demanda de servicios, impactos que un ecosistema tan frágil simplemente no puede absorber sin colapsar.

Finalmente, este nuevo y polémico proyecto se anuncia mientras parece haber caído en el olvido otra propuesta del mismo alcalde Santana: la construcción de un parque recreativo de 15 hectáreas que se había planteado entre las colonias Mezcales y San Vicente, una iniciativa que sí buscaba beneficiar a la comunidad sin comprometer gravemente un ANP potencial.

La comunidad ambientalista ha lamentado que la necesidad de un desarrollo turístico y de eventos prevalezca sobre la supervivencia de un patrimonio natural que, de no ser protegido urgentemente, corre el riesgo inminente de desaparecer bajo el cemento y la contaminación.