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Corrupción en Bahía frena inversiones inmobiliarias

La Riviera Nayarit atraviesa una crisis en materia de industria inmobiliaria, no por tener pocas inversiones, sino por lidiar estas con demasiados obstáculos burocráticos y barreras de corrupción para lograr consolidarse, especialmente en su principal polo de apuntalamiento, que es el municipio de Bahía de Banderas.

El gran atractivo y éxito del turismo ha disparado la plusvalía y las inversiones especiales en Bahía de Banderas, durante la última década. No obstante, la corrupción en los procesos para validar y certificar los procesos que permitan el establecimiento de un proyecto inmobiliario ante las autoridades, tanto federales como estatales y municipales, han disparado las alertas entre la iniciativa privada incluso internacional que contempla a Nayarit y su costa turística para invertir.

Múltiples casos de extorsión hacia los empresarios han sido ventilados en Bahía de Banderas, donde funcionarios corruptos del Gobierno Municipal que encabeza Mirtha Villalvazo, piden sumas de dinero extraoficiales para permitir otorgar los permisos de Desarrollo Urbano y vistos buenos desde otras dependencias, para que las obras de construcción puedan proceder.

A sabiendas de esta situación, el gobernador de la entidad, Miguel Ángel Navarro, se ha pronunciado sobre el tema, y en la última ocasión que lo hizo acotó que “había hoteles parados” por existir “moches” y problemas para tramitar permisos con el Gobierno Municipal de Bahía.

Pese a ello, más allá de las palabras el Poder Ejecutivo nayarita no ha hecho absolutamente nada por ayudar a las grandes inversiones que, efectivamente, si se encuentran estancadas por no lograr sortear los obstáculos burocráticos y económicos que ha impuesto el Ayuntamiento. Lo que representa un peligroso freno para el “boom” inmobiliario que venía beneficiando a destinos como Punta de Mita, Bucerías, Sayulita, Nuevo Vallarta, entre otros, que, casualmente, la administración de Navarro Quintero se ha esmerado en mencionar lo menos posible en su afán por promover a Tepic y la costa norte, a pesar de que es Bahía el polo impulsor del turismo y generador de la mayor inversión extranjera directa e el estado.

A sabiendas de que también existen autoridades federales implicadas y competentes en los proceso de visto bueno y autorización para proyectos inmobiliarios, el Gobierno Municipal ha preferido no hacer mancuerna con este orden y limitar por su cuenta a cuantos proyectos y obras considere, bajo la absoluta opacidad.

Para rematar este panorama negro, cabe recordar el conflicto legal vigente entre el Municipio badebadense y el Gobierno de Nayarit, ante una polémica reforma en materia de Desarrollo Urbano, donde el Ejecutivo estatal bajaban absorber las funciones de aprobar (y recaudar impuestos por ello) cualquier proyecto de gran magnitud en materia inmobiliaria en todos los municipios de la entidad, algo a lo que la administración de Mirtha Villalvazo apeló legalmente con su administración, pero todo parece indicar que no con el objetivo de ayudar a los empresarios, sino de continuar rigiendo la mina de oro que representa el ilegal y arbitrario esquema de extorsiones y cobros hacia ellos, que están perjudicando la fama de Riviera Nayarit como destino ideal para la inversión privada.