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Se desolan las Islas Marías por falta de turistas

Las Islas Marías, inauguradas como centro vacacional en diciembre de 2022, siguen enfrentando un estancamiento en el flujo turístico que ha sido motivo de preocupación. A pesar de que el potencial de visitantes asciende a 20,800 al año, solo 5,346 turistas llegaron en 2023, cifra que representa hasta ahora su mejor año.

La situación se agrava, ya que en 2024, los números bajaron aún más, con solo 4,124 visitantes registrados, según datos de Turística Integral Islas Marías (Turiimar), una entidad creada por la Secretaría de Marina.

Uno de los factores que han contribuido a este descenso es la falta de promoción turística y publicidad efectiva. A nivel regional, poco se sabe sobre los tours disponibles hacia estas islas, y en el ámbito nacional, para el turismo extranjero este destino es prácticamente inexistente.

“No hay una campaña de promoción que atraiga a los turistas hacia las Islas Marías”, comenta un empleado del sector. “La gente no conoce que existen tours. Es como si este destino estuviera invisible”, aseguran en San Blas.

Los ferrys, que costaron 63 millones de pesos cada uno e importados desde China, originalmente zarpaban los fines de semana desde San Blas, Nayarit, y Mazatlán, Sinaloa. Sin embargo, han reducido su frecuencia a razón de solo un puerto de salida por semana y ahora realizan viajes más irregulares, lo que afecta considerablemente la accesibilidad al archipiélago.

Además, el precio de los paquetes turísticos ha aumentado, alcanzando cerca de mil pesos por persona en un sistema todo incluido, lo que puede llegar hasta 9,200 por pasaje en clase turista.

Los elementos de la Marina han confirmado que, a veces, los ferrys no logran reunir el mínimo de 30 pasajeros necesarios para zarpar, lo que ha llevado a la cancelación de algunos viajes.

“Hemos tenido días en los que solo hay 20 turistas y, por lo tanto, se suspende el viaje”, admitió un marino en una reciente conversación. Esta falta de predictibilidad en los servicios disuade a muchos potenciales visitantes de planear un viaje a las islas.

A pesar de un marco que permite un total de 20,800 turistas al año, los asientos de los ferrys a menudo permanecen vacíos, incluso durante la temporada alta, como lo es la Semana Santa.

En los meses de septiembre y octubre del año pasado, los huracanes obligaron a la suspensión de los viajes, dejando a las islas prácticamente desiertas con registros de 38 y 48 turistas en total durante algunos fines de semana.

Los trabajadores en las islas han descrito que, actualmente, la situación es incluso más desoladora que cuando el lugar funcionó como penal de máxima seguridad, que albergaba hasta 659 internos antes de su cierre.

El costo de mantenimiento anual de este centro turístico asciende a 727 millones de pesos, y tras su conversión, se requirió una inversión total de 1,680 millones de pesos, un gasto elevado sin el retorno esperado.

Los servicios a bordo de los ferrys también han sido objeto de críticas. Aunque se venden alimentos y bebidas como tortas de pierna y café, estos no siempre están disponibles en cantidades suficientes para satisfacer a los pasajeros. El 11 de abril, un ferry llegó con solo 114 asientos ocupados de los 200 disponibles, y el comedor se colapsó rápidamente con la demanda, a tal punto que la primera tanda de comida se agotó en cuestión de minutos.

A pesar de las condiciones actuales, algunas personas, como pensionados, jubilados y familiares de antiguos presos, continúan visitando las Islas Marías, mostrando su interés por conocer el nuevo destino vacacional.

Recientemente, se ha abierto un centro recreativo en la playa y se trabaja en la ampliación del restaurante, lo que podría mejorar la experiencia de los visitantes en el futuro. Asimismo, existe la esperanza de que un nuevo ferry comience a operar desde Boca de Chila, Nayarit, lo que podría facilitar el acceso a estas islas.

Sin embargo, para que el turismo en las Islas Marías despegue de manera efectiva, es imprescindible una campaña de promoción robusta que dé a conocer las maravillas de este destino, así como una mejora en la oferta de servicios que asegure una experiencia satisfactoria para quienes decidan visitar. Sin estos elementos, el futuro turístico del archipiélago seguirá estando en la cuerda floja.