Daniela Sahugún, una ficha incómoda en el ajedrez santanista
En todo gobierno, propiamente existen figuras políticas en el gabinete que mantienen aspiraciones, a las que todo será humano tiene derecho. Eso es natural. Y la administración del alcalde Héctor Santana, por supuesto no es la excepción.
El régimen santanista, está de hecho plagado en su primera (y también segunda) línea de funcionarios quienes buscan proyección más allá de la de titular una jefatura o dirección.
Hay varios casos de dichos funcionarios que, valdría la pena que el alcalde analizara si están socavando sus resultados en afán de proyectarse o en verdad están trabajando por eficientar la administración pública municipal.
Varios por hablar. El primero y más evidente de ellos, es el de la síndico municipal Daniela Sahugún. Por más que Héctor se empeñe en minimizarlo, es una realidad que su relación con la representante legal del Ayuntamiento no ha sido la más sólida.
Y es que era de esperarse. Recordemos que durante los tiempos de Mirtha pre-campaña, Daniela de inmediato desplegó un aparato de propaganda promoviéndose, con lujo incluso de espectaculares.
También, cuando quedó claro que Héctor Santana sería el elegido del gobernador, ella aceptó en una reunión unirse a su proyecto, incluso antes que otros.
Ahora, esa alianza le está cobrando la factura. Sahugún no oculta su hambre de protagonismo ni la megalomanía qué practica atada de la imagen de Claudia Sheinbaum.
Le guste o no a Santana, se trata la síndico y no se le puede mover del cargo, por lo que deberá negociar y conversar en lo corto cuantas veces sea necesario con ella para mantener a flote a su administración.
En su último episodio de encono, la síndico pudo pedir finalmente al alcalde que le dieran más nómina, ante el asunto ese de congelar el la iniciativa del reemplazo de su firma propuesto por Pepe Castañeda, tras los malentendidos operativos por la firma de contratos.
Es de mencionar, que Daniela Sahugún realizó la apertura de su “oficina de contacto social”, con un letrero en letras grandes que incluyen su nombre en la fachada. Además del eslogan “vamos bien, muy bien”, totalmente distinto de la retórica discursiva el Ayuntamiento que encabeza Héctor.
Por lo tanto, notorii es su distanciamiento, acentuado por la también ausencia de Daniela en eventos del alcalde y sus conferencias, aún hoy, dando a entender que no es precisamente parte de su equipo incondicional.
El año en curso es de seguirse asentando, pero entrada la temporada electoral en el último trimestre del 2026, se comenzarán a caer las pocas mascaras que varios traen puestas en el gobierno santanista, y comenzarán a mostrar el cobre quienes no puedan controlar sus ambiciones.
¿Será Daniela Sahagún de los primeros en retar al capitán del barco y buscar el motín de la tripulación? ¿O trabajará sin anteponer sus ambiciones ni alentar la desunión del ya de por sí tenso Ayuntamiento?
Lo veremos.