Política

BadebaOpina: El club de los humillados de Héctor Santana

En un ejercicio inédito de comunicación política para una esfera local de orden gubernamental, el alcalde de Bahía de Banderas, Héctor Santana, ha comenzado una especie de “show de la barandilla” en su conferencia semanal donde se dispone a exhibir y obligar a pedir disculpas a funcionarios públicos del Ayuntamiento que cometen, hasta ahora, infracciones de tránsito o alguna otra falta.

“No van a manchar mi nombre” – es su consigna-, y al menos ha declarado estar dispuesto a exponer y dejar caer todo el peso de las multas sin descuento para aquellos funcionarios del Ayuntamiento que incumplan alguna norma, “para poner el ejemplo” desde el gobierno.

Por supuesto que nadie critica el que los servidores públicos cumplan las normas de conducta pública como lo deben hacer todos los ciudadanos (que con los impuestos pagan sus sueldos), y si no lo hacen, sean sancionados.

Sin embargo, ha levantado muchas críticas y polémica en la opinión pública este episodio de la “conferencia santanera”, sobre todo entre los familiares y amigos de los hasta ahora 4 funcionarios que han participado como sujetos muestra.

Saúl Lopez Cruz, oficial de Policía; Sergio Lozoya, inspector fiscal de Padrón y Licencias; Hugo Peña de la Jefatura de Playas Limpias; y Luis Segura, de la Jefatura de Salvamento Acuático, han sido hasta hoy en el transcurso de dos ruedas de prensa,  los “castigados” y exhibidos de infractores en uso de vehículos oficiales.

Más allá de lo que hayan hecho, quienes debaten la praxis del alcalde, aseguran que lo ocurrido se ha prestado a humillar e incluso vejar a los funcionarios públicos, faltando a sus derechos laborales, puesto que con realizarse, notificarse y darse a conocer la multa podría haber sido suficiente.

Tachan de “circo innecesario” esta dinámica, en ese afán de “protagonista del bien” que Héctor Santana pueda tener – no dudamos que de buena intención- , pero que termina incluso afectando la dignidad y hasta salud psicológica de sus funcionarios exhibidos.

Más notoriamente se pudo observar en el ejercicio de esta semana. Cuando Santana pasó al frente a Hugo Peña, para que pidiera disculpas y mostrará su multa (al final fueron dos pues la primera era muy barata, la idea es mostrar castigo), este funcionario se puso demasiado nervioso, que incluso no pudo leer ni con la menor coherencia gramatical lo que tenía escrito en frente (si es que ni bien se lo escribieron). Prestándose a un “botaneo” de burlas por parte de quienes vieron dicho video.  La cara de vergüenza y miedo de Peña, fue más que evidente, ante su nula preparación para hablar en público.

Al final de esa misma conferencia,  ordenó el alcalde hacer lo mismo a Luis Segura, quien mayor ridículo no pudo hacer al micrófono. Titubeante, tartamudeando, sin hilar una sola idea clara y hasta jugando a ser el protagonista.

Lo único que tenía que hacer el cuasi rescatista hoy titular en una Jefatura del Ayuntamiento, era pedir perdón y comprometer buena conducta.  En lugar de eso, – y se aprecia claramente  en el video – el increpado quiso jugar a “La Tremenda Corte” como José Candelario Trespatines.

Y comenzó a repartir roles de responsabilidad, excusas nada claras, anécdotas, sin siquiera componer una oración del mismo orden de ideas. Ni sus compañeros, ni el propio alcalde, pudieron contener la risa, no para reírse con él, sino burlándose de su tremendo “oso”.

Así pues, se sabe que los compañeros de Segura, lo han sometido a un serio linchamiento psicológico, la famosa “carrilla” no ha perdonado. Y él, por más “hocicón” que pueda ser a su estilo, por supuesto se encuentra emocionalmente frágil tras exponerse en público.

“¿Pero qué necesidad?”, – dijo un famoso cantante. ¿Tiene Héctor Santana un complejo de emperador romano o dictador europeo para que los funcionarios desfilen frente a él pidiendo perdón?

¿Hará este ejercicio, con formato de corte monarquica, la diferencia para acabar con la corrupción de a deveras y los problemas de la administración pública?

Se observará su efectividad en la medida en que los propios infractores del gobierno dejen de existir. Eso sí, Santana no da paso sin huarache y ha sido cuidadoso en mantener, de menos en apariencia, la congruencia: “o todos coludos o todos rabones”.

Hacemos énfasis en que BADEBA MEDIA hace una crítica imparcial y efectiva del poder público y político, sin afán de perjudicar a nadie en lo particular. A quienes en el Ayuntamiento o algún nivel de gobierno les cause conflicto este ejercicio legítimo y ciudadano, deben recordar que desde que firman su contrato para ser empleados pagados con dinero público, están sujetos a la observación y evaluación generales.