Nacional

Nayaritas deportados no están queriendo regresar a Nayarit

La incertidumbre se ha instalado en la vida de miles de trabajadores migrantes nayaritas que residen en Estados Unidos. Las crecientes redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) han intensificado el temor a la detención y la posterior deportación, generando una profunda angustia en quienes cruzaron la frontera en busca de mejores oportunidades.

A pesar de la dificultad de rehacer sus vidas en Nayarit, muchos se debaten entre la nostalgia por su tierra natal y el miedo a un futuro laboral incierto. Se estima que más de 10 mil personas nayaritas se convirtieron en migrantes internacionales entre 2015 y 2020, teniendo en Estados Unidos su principal destino.

Esta cifra sitúa a Nayarit como la tercera entidad a nivel nacional en el Índice de Intensidad Migratoria México-Estados Unidos, lo que evidencia la magnitud de la comunidad nayarita en el vecino país del norte.

La secretaria del Trabajo y Justicia Laboral del Gobierno de Nayarit, Rubicela Nava, reconoció en recientes declaraciones la problemática y remarcó la necesidad de ofrecer alternativas atractivas para quienes son deportados. Sin embargo, hizo hincapié en que falta  mucha voluntad de los nayaritas para regresar y restablecerse en territorio cora.

“Primero lo que buscamos es que las personas vean a Nayarit como un estado al que pueden regresar y y van a encontrar oportunidades, porque lamentablemente muchas de las personas repatriadas se quedan en la frontera, y el plan de repatriados es que se queden trabajando en Nayarit, pero como allá tienen a sus familias van a buscar la forma de regresar a Estados Unidos, explicó Nava.

El principal obstáculo para el retorno definitivo, señaló, es el temor a la precariedad laboral. Los migrantes temen encontrar en Nayarit salarios bajos y condiciones de trabajo desfavorables, lo que frustraría sus expectativas de una vida mejor.

Ante este panorama, el gobierno de Nayarit ha implementado iniciativas de apoyo al emprendimiento. “Si quieren emprender un negocio hay apoyos económicos para que lo hagan, la directora del ICATEN lo comentaba bien, son personas que son expertas en el trabajo, son los mejores trabajadores que hay. A través del programa de repatriados estamos hablando de tres personas con emprendimientos, con proyectos productivos y colocados tenemos dos, la realidad es que son muy pocos los que han llegado”, admitió Rubicela Nava, reconociendo que el impacto de estas medidas aún es limitado.

Curiosamente, mientras muchos nayaritas se resisten al retorno, algunos extranjeros encuentran en el estado oportunidades. Erick Salas, un ingeniero en sistemas computacionales de Costa Rica deportado de Estados Unidos, relató su experiencia: “Viajar hasta acá hasta Tepic para solucionar un problema migratorio, además la situación es más dura en una ciudad más grande, es más peligroso, aquí es cuestión de ponerse uno a ver cómo sobrevive, buscando trabajos alternativos, en mi caso soy ingeniero en sistemas computacionales”.

En un esfuerzo por ofrecer un horizonte más alentador para los nayaritas que regresan, el gobierno estatal anunció a principios de 2025 una iniciativa para ofrecer empleos en zonas turísticas a los nayaritas deportados.

Este plan busca aprovechar el potencial del sector turístico, uno de los pilares económicos de la región, para brindar oportunidades de inserción laboral y mitigar la preocupación por la falta de ingresos. Si bien los detalles específicos de este programa aún se están delineando, la promesa de empleos en un sector dinámico como el turismo podría representar un incentivo importante para que los nayaritas vean en su tierra natal una opción real de reconstruir sus vidas tras la deportación.

Mientras tanto, la incertidumbre persiste para los miles de nayaritas en Estados Unidos, quienes viven con la constante amenaza de la deportación. El anhelado “sueño americano” se ha transformado para muchos en una fuente de angustia, marcando sus días y noches con la preocupación de ser separados de sus familias y de la vida que han construido.

La iniciativa turística en Nayarit representa un rayo de esperanza en este panorama sombrío, aunque su efectividad y la cantidad de empleos que realmente genere serán cruciales para determinar si logra convertirse en un verdadero aliciente para el retorno de los migrantes nayaritas.