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EE.UU. LIBERARÁ A VEYTIA EN MARZO PRÓXIMO

El exfiscal de Nayarit, Édgar Veytia, saldrá de prisión el 10 de marzo de 2025, según información proporcionada por la Oficina Federal de Prisiones de Estados Unidos (BOP). Actualmente, Veytia se encuentra recluido en el FCI Ashland, una prisión federal de baja seguridad ubicada en Ashland, Kentucky.

Su reducción de condena, que pasó de 20 a 10 años, fue otorgada en abril de 2024 por la jueza Carol Bagley Amon, como resultado de su colaboración como testigo en el caso del exsecretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna.

Sin embargo, tras su liberación, Veytia deberá cumplir cinco años de libertad supervisada, un periodo en el que estará sujeto a condiciones estrictas. Entre estas condiciones, se encuentra la obligación de reportarse regularmente a un oficial de libertad condicional, evitar la comisión de nuevos delitos y no tener contacto con personas involucradas en actividades ilícitas.

Además, Veytia deberá cumplir con una orden de decomiso monetario que asciende a un millón de dólares, correspondiente a las ganancias obtenidas directa o indirectamente por los delitos que cometió. Este pago debe realizarse dentro de los seis meses posteriores a su sentencia.

En septiembre de 2019, Veytia fue condenado por conspiración para el tráfico de drogas y sentenciado a 20 años de prisión, junto con la misma multa de un millón de dólares. Sin embargo, su cooperación en investigaciones relevantes, como las que involucraron a García Luna y el exsecretario de Defensa Salvador Cienfuegos, fue fundamental para que el gobierno estadounidense solicitara la reducción de su pena bajo la Regla 35, que permite ajustes en la sentencia por asistencia sustancial a las autoridades.

Es importante destacar que este ajuste en su fecha de liberación no afecta las acusaciones que enfrenta en México, donde aún tiene órdenes de aprehensión pendientes y enfrenta múltiples investigaciones por presuntos abusos cometidos durante su gestión como fiscal.

La nueva fecha de liberación se basa en los beneficios que algunos reos federales pueden recibir, incluyendo reducciones por buena conducta, participación en programas de rehabilitación y educación, así como la acumulación de tiempo en actividades aprobadas en la prisión.